sábado, 21 de noviembre de 2015

Ubuntu Touch es el sistema operativo más respetuoso con tu privacidad.

Lo cual no es ninguna tontería. En el nada trivial asunto de que cualquier aplicación de tu móvil pueda robar impunemente tus datos o instalar algún tipo de malware la gente de Canonical no ha querido cometer errores. Y, sin duda, están consiguiendo un sistema operativo maravilloso (incluso dejando al margen el asunto de la convergencia).

El problema principal de un sistema operativo radica en que las aplicaciones tiene que tener acceso a otras para poder operar correctamente. Por ejemplo, tienen que poder acceder a tus fotos para poder enviarlas o retocarlas. O a tus contactos para algo tan simple como poder recomendar una aplicación a un amiguete.

Esto, en Android, se solventa mediante los permisos que te pide cada aplicación. Sí, eso que nadie se lee detalladamente antes de instalar cualquier cosa. Esos permisos van por grupos o categorías. Si una aplicación Android necesita acceder a tus contactos y tiene ese permiso, accederá a TODOS tus contactos. Nunca sabrás a ciencia cierta si lo hará para realizar esa tarea que quieres que haga o se los quedará todos para freirlos a spam, por ejemplo. Piensa también en el caso de que tengan acceso a tus fotos, a la cámara, al historial de tu navegador... dejaré que hagas volar tu imaginación. Ciertamente existen aplicaciones cuyo objetivo principal no es que te diviertas con el juego en cuestión sino obtener una serie de datos tuyos muy valiosos.


La gran diferencia con Ubuntu Touch

En Ubuntu Touch todas las aplicaciones se ejecutan de un modo completamente aislado del resto. Cada una tiene su propio espacio de almacenamiento y todos los archivos necesarios en un entorno completamente estanco.

Entonces ¿cómo se comunican entre ellas cuando es necesario? Pues de una forma simple y efectiva, mediante un método totalmente controlado por el usuario. Lo hacen a través de un sistema central llamado ContentHub si es que tienen permiso inicialmente para ello. Las aplicaciones en Ubuntu Touch, si están programadas para ello, puede compartir los siguientes datos: fotos, videos, contactos, música, enlaces o documentos.

Pero... y aquí radica la gran diferencia, cada vez que es necesario accederán SOLAMENTE a la foto, el video, el contacto, la música, el enlace o el documento que tú les digas, no a todos.

Igualmente, cada vez que una aplicación necesite acceder a tu localización o a la cámara o al micrófono, te pedirá permiso para ello.

Obviamente, una vez le des permiso no preguntará a cada rato. Pero estos permisos que has concedido los podrás ver claramente en el area de configuración del dispositivo => seguridad y privacidad.

De esta manera puedes revocarlos cada vez que te apetezca temporal o definitivamente.

No puede haber nada más simple y a la vez más ingenioso.

Todas y cada una de las aplicaciones tienen su archivo apparmor en el que se especifica claramente su política de permisos.

Este es un ejemplo tomado del archivo de una aplicación:

{
"template": "ubuntu-webapp",
"policy_groups": [
"networking",
"audio",
"content_exchange",
"video",
"webview",
"accounts",
"content_exchange_source",
"location"
],
"policy_version": 1.3
}

Es de una aplicación web que, naturalmente, puede conectarse a la red, reproducir audio y video, solicitar intercambiar datos con otras aplicaciones, acceder a los datos de la cuenta que se haya creado,  mostrar contenido web usando el navegador interno ligero y rapidísimo de Ubuntu Touch, y solicitar permiso para acceder a la ubicación.

Aunque este archivo no es fácilmente accesible al usuario final, hay aplicaciones que te permiten verlos, como Permy.

Y, aún así, en el desarrollo de Ubuntu Touch se ha previsto dotarlo de una interfaz gráfica que permita fácilmente revocar estos permisos a voluntad.

Pero esto no resulta absolutamente imprescindible precisamente por lo que he explicado más arriba: el magnífico y muy logrado aislamiento de cada aplicación.


Aplicaciones aisladas que tienen que ser muy educadas.

O sea, pedir permiso y coger solamente aquello para lo que han obtenido permiso. Si es que todo el mundo se llevaría mejor si tuviésemos un poco de educación ja ja.

En suma, una aplicación, según su particular política de permisos, puede estar autorizada para acceder a, por ejemplo, el GPS. Pero, aún así, deberá solicitar permiso al usuario en el momento que vaya a hacerlo.


El usuario manda, no el dispositivo.

Se corría el riesgo de que los teléfonos "inteligentes" nos volviesen estúpidos. Y, realmente, casi ha sucedido. Ubuntu Touch puede que nunca llegue a ser un sistema operativo de masas. Pero, desde luego, lo será de la mayoría de los usuarios inteligentes conscientes del valor de sus datos, de su seguridad y privacidad.


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